Ha pasado un año y Dios sigue demostrando y testificando quién es su Elegido

(Coordinación de Crónica Apostólica).– El pasado miércoles 2 de marzo, antes de rayar el alba, el Apóstol de Jesucristo, Naasón Joaquín García, elevó su plegaria matutina al Creador para pedir su bendición en favor de todo su Pueblo.

Eran las 4:24 a.m., cuando el Apóstol del Señor encaminó sus pasos a la Casa de Oración, acompañado por  siete pastores y un nutrido grupo de ministros. A su paso saludó a todos los hermanos que de la colonia Hermosa Provincia e iglesias de la Zona Metropolitana de Guadalajara se dieron cita para saludarle esa mañana.

Mientras que el Apóstol de Jesucristo elevaba su oración al Creador, acompañado de la Iglesia y del Cuerpo Ministerial, el Coro local entonó los himnos: “Que gran amor”, “Dulce oración” y “Barro en tus manos”. A lo lejos se escuchaban distintas plegarias: un hermano pedía a Dios por su Siervo: “Bendícelo, Padre celestial”; otro exponía alguna necesidad personal; otro más agradecía el momento tan sublime de unirse a la oración del justo. En ese momento se escuchaban las notas del Orfeón local decir: “Dulce oración al trono excelso de bondad, tú llevarás mi petición a Dios que escucha con piedad”.

El hermoso jardín de oración

A las 4:34 de la mañana, luego de concluida su oración, el Apóstol salió de su oratorio y  en medio de rostros jubilosos que glorificaban al Creador, se dirigió a la puerta de su casa. Ahí platicó con los ministros: “Qué bonito es sentir, más que saber, que somos Hijos de Dios”. Resaltó que es triste cuando un hermano pierde esa oportunidad de poder platicar con Dios a través de la oración, acto sublime que los hombres no pueden hacer, aunque le puedan pedir.

Destacó que quienes no han experimentado esta hermosa bendición preguntan: “¿Por qué lloran?”, y la invariable respuesta dicta: “Es que estamos sintiendo la bendición de Dios”.

En su plática resaltó la importancia que tiene cada oración, pues desde el tiempo del Apóstol Aarón Joaquín, él enseñaba que la oración de las cinco de la mañana tenía un valor agregado por representar un mayor sacrificio: en este horario el hermano deja su lecho de descanso y abandona su sueño para ir a la Casa de Oración a ofrecerle la verdadera adoración a Dios.

Y agregó: “Hay oraciones de peticiones, de necesidad, de alegría, por los Ministros, por el Apóstol de Dios… y que bonito que en esta Nueva Era terminamos con la oración del día adorando a Dios”

​.El Apóstol del Señor dio testimonio de los hermanos que están en la mayoría de los cultos de oración, una buena obra a la que alguno pudiera decir: “¿Y no se aburrirán?”.  Y respondió: “Para quien ha experimentado y sentido a Dios en cada oración, es todo lo contrario: faltan cinco minutos para que empiece la oración y la hermana y el hermano vienen corriendo porque quieren estar desde el inicio”.

De manera categórica destacó cómo, aunque Dios hace llover sobre justos e injustos, los justos tienen a quien pedir y tienen con quién protegerse. Citó el ejemplo del hermano P.P. Leandro Ramírez –a quien llamó “Lázaro”–, quien no solamente ha enfermado sino que en diversas ocasiones ha estado al borde de la muerte y Dios lo ha librado a través de la oración.

Y agregó: “Así cada uno de nosotros en nuestras necesidades, pruebas y tentaciones venimos al jardín de la oración y nos recreamos, nos desahogamos… Y cuando nos va bien, no debemos de olvidar que ese jardín también está para agradecer y decir: ‘Gracias, Señor, porque me has dado todo: me has dado paz, fe, amor, salud… y no solamente el pan de cada día, me has dado aún mucho más’…”.

También hizo mención que en su momento instruyó a la Iglesia a adorar a Dios como nuestro primer principio y nuestro único benefactor, porque es el único que nos beneficia y nos provee lo que necesitamos para vivir, para permanecer siempre agradecidos con Él.

La Iglesia de Jesucristo es única

Posteriormente, el hermano P.E. José Hernández dio testimonio de una pareja de italianos que, estando de vacaciones en México, asistieron a la Ceremonia Internacional de Bautismos en la Plaza de República, en la Ciudad de México, el pasado 14 de febrero. Ahí platicaron con el hermano D.E. Michelle Cavallini –originario de Venecia–, quien los atendió en su idioma y los invitó a visitar la ciudad de Guadalajara –de manera particular la colonia Hermosa Provincia–. El día primero de marzo, esta pareja visitó nuestra colonia.

El hermano José comentó que estos visitantes quedaron maravillados de todo lo que fueron testigos y se pusieron de acuerdo con el hermano Michelle para volverse a ver en la Ciudad de México y dar seguimiento con las pláticas evangelizadoras antes de regresar a su país de origen.

De la misma manera, el Apóstol de Jesucristo expresó que todos aquellos que fueron bautizados el pasado 14 de febrero, así como los que fueron invitados a la Iglesia y continúan asistiendo, no llegaron por casualidad: todos ellos son almas de Dios, a quienes el Señor está poniendo el medio para que conozcan su verdad porque son almas de Dios, dijo categórico.

Asimismo señaló que era necesario que la Iglesia se mostrara al mundo de esa manera a propios y extraños: “Necesitaba el mundo conocer quién era la Iglesia. Lo sabemos nosotros, pero la sociedad necesitaba conocerlo… Todas las almas que vieron esta manifestación se quedaron con esa semilla en su corazón, pues contemplaron alegría, gozo, paz, sumo respeto… todo eso vieron, lo que no pueden ver en sus cultos”.

Más adelante señaló que los violentos, agresivos y amenazadores pensaron que lo que iba a realizar la Iglesia era una protesta contra la visita del líder del catolicismo romano; sin embargo, cuando atestiguaron la solemnidad del magno evento, pudieron constatar la enorme diferencia que separa a ambos credos, en orígenes y propósitos.

En otro momento comentó sobre el análisis sociológico de quienes pretenden analizan la prosperidad y consolidación de la Iglesia del Señor, al postular que dicho crecimiento se debe a la forma de vestir, a los bautismos o al misticismo de los cantos ausentes de instrumentos, ya que estas características cohesionan –según ellos– la identidad y la proyección de la Iglesia. “Y tienen razón, porque ellos no pueden comprender que solo hay un ingrediente: la fe; pero la verdadera fe de Dios, porque esta Iglesia es de Dios. El que tiene esta fe, produce obras, trabajo, obediencia, sujeción, reconocimiento, amor y aceptación”.

Despedida

Finalmente, citó que algunos religiosos se preguntan: ¿Qué es lo que les da el Hermano Naasón para que salgan a la Obra? Y respondió categórico: “No soy yo: es Dios el que en toda la Iglesia ha producido el querer como el hacer, por su buena voluntad”. Recordó que muchas visitas cuando lo ven salir de su casa lo saludan con lágrimas y sumo respeto. ¿Cómo explicar esto? Porque existe en sus corazones un reconociendo; de lo contrario no obrarían de esta manera. Esto es una muestra de que Dios está haciendo la Obra en sus corazones.”

Para los que cuestionan: ¿Por qué tuvo que ser un hijo del Apóstol Samuel Joaquín quien quedó al frente de la Iglesia? ¿Por qué tuvo que ser específicamente el Hermano Naasón Joaquín? La respuesta no es difícil de responder: “No está en nosotros el elegir, escoger o seleccionar: está en Dios. Ha pasado un año y el Señor sigue demostrando y testificando quien es su Elegido.

“Este año, para los que creen, ha sido de alegría; para los que no creen (como Ananías, que en su lógica humana no aceptaba la Elección Apostólica de Saulo de Tarso), Dios les ha dicho: ‘Instrumento escogido me es este’. Queda determinado que no es por un gusto personal, pues hubo quienes estuvieron en contra de Moisés, a quienes el Señor reprendió: ‘¿Por qué pues no tuviste temor de hablar contra mi Siervo?’, y les envió la lepra. Por eso yo les digo a ellos: ‘Ya no me crean por mi palabra, crean por los hechos’”.

Así, las 5:04 de esa hermosa mañana de bendición, el Apóstol de Jesucristo se despidió de sus colaboradores con la bendición apostólica.