HomeAgenda ApostólicaEn Culiacán, encuentra el Apóstol del Señor ovejas seguras, pero oye a las quebrantadas y llama a ir por ellas Agenda Apostólica En Culiacán, encuentra el Apóstol del Señor ovejas seguras, pero oye a las quebrantadas y llama a ir por ellas (Berea Internacional) — Una jornada de plena misericordia, de amor puro, se vivió hoy en Culiacán, cuando el Excelentísimo Apóstol de Jesucristo, Naasón Joaquín García visitó a los hermanos -primero de Huizaches y ahora- de la Colonia Morelos, y aquí se alegró mucho y se los dijo, porque aquí también vio seguro el aprisco, pero advirtió estar oyendo a ovejas suyas que han caído, que están quebrantadas e invitó a ir por ellas. Aunque recorre ciudades, estados, el Gran Apóstol de Dios hizo un alto en su camino en esta colonia, y para gozo de estos hermanos, pero sobre todo para gozo de aquellos que sufren, se extendió, aconsejándolos y enseñándoles el camino a seguir, y los retos a enfrentar. Primero, el Embajador de El Reino de los Cielos los saludó con todo su amor y los invitó a cantar una alabanza al Señor: “¡Cuánto anhelaba mi alma llegar a vosotros, contemplar vuestros rostros y poderme alegrar en el señor y expresarle con toda mi alegría, con todo mi corazón, Señor ellos también han creído que Tú me has enviado! “Viene a mi memoria porque veo vuestros ojos llenos de lágrimas, porque veo vuestra alegría inmensa vuestro júbilo, que no es más que la alegría que Dios pone en vuestro corazón al través del Reconocimiento espiritual que Dios les da por esa fe que hay en vuestro corazón, la fe verdadera de Dios. “Ahora comprendo, ahora entiendo lo que entonábamos tantas veces en aquellos días. Seguro se halla el aprisco, porque tanto su hermano a quien Dios puso como consuelo de vuestras almas, como también a vosotros, Dios os hizo sentir esa seguridad que no estabais solos”. El Ungido de Dios recordó que, en la antigüedad, los pastorcillos tenían que sacar a las ovejas al monte a pastar y allá les permitían estar todo el día en la montaña, pero llegaba la oscuridad, cuando los animales rapaces, cuando los lobos u otros animales aprovechaban la oscuridad para poder confundir al rebaño y agarrar y cazar alguna oveja. Detalló que antes, antes que el sol se pusiera, ya estaba aquel pastorcillo juntando a las ovejas para llevarlas pronto hasta el corral donde había una barda, o había un corral, donde pudieran ellas resguardarse, antes de que aquel animal, antes de que aquel león, puma o lobo, -dependiendo la región que fuese- llegase a tratar de amenazar sus vidas, según así lo describe David en aquel relato que le da al rey, cuando llegaba una bestia decía el pastorcillo, yo iba y la rescataba de sus garras o de su hocico, y yo iba y traía aquella ovejita y la libraba del peligro, la llevaba juntamente con el demás rebaño, lo conducía al corral y cuando cerraba la puerta podía exclamar aquel pastorcillo, seguro se halla el aprisco, ya con tranquilidad, ya sin pendiente, ya sin problema, porque aquella barra hacía que quedara protegido aquel hato de ovejas, así quedó la Iglesia del Señor. Agregó: “El Señor puso un corral espiritual a través de La Elección y en aquel corral espiritual vosotros gritasteis ¡seguro se halla el aprisco! “Pero también en la estrofa se oye que allá a lo lejos, en el risco, allá en la piedra que da a la cañada, allá se oye una que cayó y que quedó quebrantada. Vivimos épocas difíciles, vivimos épocas desesperantes, vivimos épocas en que las almas cual ovejas de Dios están enfermas, quebrantadas, tristes, angustiadas, y allá se oye el gemir de ellas, sabes que Dios me ha puesto como un Pastor de vuestras almas, pero no solamente de vuestras almas, así me puso el Señor diciendo te he puesto para que seas luz a los gentiles. “¿Eso quiere decir que todavía hay gentiles que han de venir a la Iglesia del Señor? “Yo vengo a ver este hermoso hato, y lo veo seguro, y lo veo tranquilo, pero aquí desde este lugar, también escucho el llanto de otras ovejas que están fuera, no lo sabías tú, pero aquellas ovejas que yo oigo también son de nuestro redil, y están esperando que el Buen Pastor vaya por ellas, las tome en sus brazos y las vuelva a traer al redil. “¿Quiere decir Hermano Naasón que usted va a ir casa por casa a tocar por toda la ciudad de Culiacán y todas las ciudades del mundo? ¡No, yo no puedo!, ¡Mi cuerpo como el tuyo es humano, se cansa, no me daría tiempo toda mi vida para recorrer todas las ciudades, pueblos, aldeas de todo el mundo! pero yo tengo hijos en la fe, hijos que Dios me ha dado, a los cuales yo les he impartido un conocimiento de Dios, a los cuales a través del mismo, su fe se ha ido perfeccionando día a día, y en los cuales tengo plena confianza, que en mi representación irán aquellas ovejas, con aquella seguridad con aquella tranquilidad, con aquella confianza puesta en Dios, irán a rescatar aquellas ovejas, y allá oirás a aquella ovejita, si es por las situaciones que se dan hoy en el país, si es por pobreza, si es hermanos, por delincuencia, si es por lo que fuese. Tú le vas a decir: yo vengo no de parte mía, a mí me ha mandado un Apóstol de Jesucristo, vengo a decirle que hay una esperanza, tú le vas a ofrecer algo más: que Cristo vive y reina para siempre, usted, usted que no encuentra una paz, la tranquilidad, que hay un hombre el cual nos dice lo que tenemos que hacer”. Los hermanos de la Morelos respondieron en todo momento estar en pie de batalla, amorosos con el prójimo, con esas ovejas quebrantadas y con lágrimas de felicidad en los ojos, le prometieron al Gran Apóstol de Jesucristo, Naasón Joaquín García, que van a salir a las calles de esta bella ciudad del noroeste del país, donde todavía hace falta luz, para predicar esta Verdad. ¡Es el Cuarto Año de la Nueva Era! ¡Gloria al Señor! [srizonfbalbum id=2770] Berea Staff, J.R. Share This Previous ArticleCubre a Sinaloa el Manto de la Elección: ¡júbilo en Huizaches! Next ArticleProspera la Iglesia del Dios Vivo en Culiacán: El Noroeste de México recibe al Enviado de Dios March 16, 2018