HomeAgenda ApostólicaVisita Apostólica a la iglesia de Lomas de Casa Blanca, en la ciudad de Querétaro Agenda Apostólica Visita Apostólica a la iglesia de Lomas de Casa Blanca, en la ciudad de Querétaro (Coordinación de Crónica Apostólica).– El miércoles 5 de abril de 2017, el Apóstol de Jesucristo Naasón Joaquín García, se presentó en la iglesia de la colonia Lomas de Casa Blanca en la bellísima capital queretana, donde una multitud de hermanos residentes y algunos más de los coros de Guadalajara que acudieron al lugar, le dieron una hermosa bienvenida. Al descender de su automóvil, saludó a todos los hermanos que levantado sus manos le decían palabras de reconocimiento y afecto. Posteriormente al entrar en el comedor de la casa pastoral donde fue recibido por el D.E. Dámaso Pelayo, saludó a los Pastores que ya se encontraban ahí y tras el saludo comenzó a hablar de las maravillas que Dios sigue haciendo todos los días en esta Iglesia. Sorprendido por el recibimiento que los hermanos le dan en todos los lugares donde se presenta, (pues en la iglesia de la Cañada, donde se presentó ese día por la mañana también tuvo una hermosa recepción) dijo a los Pastores, que es una misma fe y un mismo sentimiento el que se manifiesta en todo lugar y evocó el recuerdo de las voces que se oyeron en el Estado Luis “El Pirata Fuentes” en el Puerto de Veracruz, cuando fue recibido por treinta mil almas que llenaron el colosal estadio. La bienaventuranza del Reconocimiento En su enseñanza de esa tarde valoró la tristeza que experimento el Señor Jesucristo, tras constatar que las multitudes que se agolpaban para ver y ser objeto de los milagros que él hacía en los enfermos y necesitados; al escuchar la palabra de verdad que portaba el mensaje de salvación, optaron por abandonarlo, razón por la cual el maestro de Galilea lamentó: “Jerusalén, Jerusalén, que matas a los Profetas y apedreas a los que te son enviados, ¡Cuántas veces quise juntarte como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas! y no quisiste” actitud del pueblo de Israel que les condujo a una sentencia de parte del Señor: “he aquí vuestra casa os es dejada desierta, porque de cierto os digo que no me volveréis a ver, hasta que digáis, ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”. Ese mismo dolor -dijo- experimentó también con sus discípulos cuando alguno de ellos observó la dureza de la palabra que predicaba, en virtud de ello Cristo dijo: “si vosotros queréis iros también puedes…” paradójicamente vislumbró una esperanza fuera del pueblo de Israel; muestra de ello es aquella mujer cananea que le suplicaba piedad y que por no ser del pueblo de Dios, la rechazó precisamente con esa palabra dura: “no es lícito quitar el pan de los hijos y darlo a los perrillos”, pero ésta, lejos de ofenderse y convencida de que era él quien traía la salvación respondió: “si Señor pero también los perrillos comen de las migajas que caen de las mesas de sus amos.” De esta manera se cumplió lo escrito por el Apóstol Juan “a lo suyo vino y los suyos no le recibieron, pero a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos Hijos de Dios.” Esta es la razón -expresó- por la que siempre debe haber gratitud en el pueblo, porque “ahora somos Hijos de Dios y si Hijos también herederos de Dios y coherederos con Cristo”, lo cual significa -añadió- que compartiremos la misma gloria, semejanza y lugar en el reino de los cielos. La función de la iglesia en la sociedad Tras una hermosa oración de acción de gracias por los alimentos, continuó su singular enseñanza, manifestando una preocupación por sus hijos en la fe que residen en lugares donde la violencia ha sentado sus reales. A Estados como Michoacán y Guerrero ha evitado hacer gira por temor que en la movilización les hagan algún daño -asentó. Sin embargo, también dijo que confía en el Señor que no les pase nada, porque cuando se dirigen a las fiestas espirituales a la ciudad de Guadalajara, Dios siempre los ha cuidado de todo peligro. Hablo de todo aquello que la iglesia genera en sus miembros; la responsabilidad, la actitud ante las diversas situaciones que se presentan, la mentalidad de prosperidad, dijo que hoy la iglesia ha madurado y los hermanos que prosperan económicamente no solo no abandonan la iglesia, sino que son los que más apoyan económicamente en las necesidades de la misma. Los testimonios abundan; hermanos que emprendieron empresas, trabajadores de la construcción de templos que hoy son contratistas aquí y en el extranjero, etcétera. Recordó uno de los soldadores que al culminar la construcción del Templo Sede Internacional de la Iglesia y fue a buscar trabajo a la ciudad de Chicago en la unión americana, éste le era negado porque no tenía documentos, pero pidió que le permitieran hacer la prueba que consistía en rellenar tres pies de soldadura lo cual hizo sin una sola burbuja “es la gracia de Dios”, -dijo. “Quien en verdad cumple con Dios no tiene más que la garantía de bienestar, de riqueza, de salud; esto no quiere decir que no nos enfermemos o que no tengamos tribulaciones, sino que éstas llegan para que el poder de Dios se manifieste. La gracia de Dios Continuó conversado con los ministros acerca del ciego de nacimiento que menciona la biblia, a quien el Señor Jesucristo devolvió la vista. Hoy -señaló- se repite esa historia cuando un hermano es presentado en una enfermedad, cuando va al templo a pedir la ayuda a Dios, ante una aflicción. Hizo mención de los hermanos que acuden dos y tres veces a la ciudad de Guadalajara, sin ser económicamente solventes y testificó acerca de una hermana jubilada en Huntington Park, California que cada vez que le llegaba su cheque llevaba su diezmo y una en que ocasión se atrasó, en cuando le llegó el cheque fue a llevar los diezmos y a explicar por qué no había dado los diezmos anteriores con las siguientes palabras: “A mí me gusta cumplirle a Dios porque Dios siempre me cumple a mí”. Esa es una de las razones por las que instituyó la oración de adoración, con el fin de no mezclar la oración de peticiones con la adoración que es exclusiva para tributar la gloria a Dios y con ello evitar que pase, lo que le sucedió al pueblo de Israel quien se olvidó de los favores de Dios y se acarreó la desgracia. “malditos seríamos el día que creyéramos que es la suerte, ´para que no diga Israel, mi mano me ha salvado”. Más adelante refirió la actitud de los jóvenes que aún no llegan a la mayoría de edad y ya anhelan ir a los campos de batalla espirituales, dijo que el 95% de los niños que cumplen 14 años prometen entregar su vida a la Mies del Señor al llegar a su mayoría de edad y reiteró que aunque para los que nacieron en la iglesia eso es normal, para el mundo es digno de admiración, basta recordar los bautismos que se han llevado a cabo en la iglesia en estos dos años. Dios pelea nuestras batallas Casi para finalizar, dijo que Dios siempre vela por el bien de su Pueblo, “Dios pelea nuestras batallas”. Al decir estas palabras un hermano intervino y le dijo: “Y por usted, Varón de Dios”, afirmación que él aceptó, “porque es Dios el que me dirige y el que me inspira, por eso no me canso de darle la honra, la gloria y la alabanza a Dios”, señaló. Señaló que todo lo que Dios hace es para nuestro bien, únicamente nos tenemos que dejar querer, aunque la razón no comprenda de momento sus designios, ahí hay bendición de Dios, “es realidad que guía nuestros pasos, él guía nuestra vida” confirmación que testimonia el ejemplo del pueblo de Israel en medio del mar y del ejercito de Egipto, porque cuando Moisés transmite a Dios la situación del pueblo, Dios le dice que toque el mar con su vara. Parecía que no tenía nada que ver la petición con la indicación divina, sin embargo ahí estaba la salvación de Dios. Lo mismo pasó en el mes de junio del año 2014, el Apóstol Samuel Joaquín hizo un esfuerzo sobrehumano porque su estado de salud se encontraba en una condición que no le permitía levantarse, pero ese día de parte de Dios se levantó y empezó a hablar palabras que no eras suyas sino de Dios: “¿Qué va a pasar?, ¿qué va a suceder? Sois Hijos de Dios, tendréis bendiciones…” ya era la garantía, porque para ser Hijos de Dios y recibir bendiciones tiene que haber un Apóstol de Jesucristo. y eso era lo que la iglesia necesitaba en ese momento, (aunque no lo entendió en el momento). Finalizó con el grato recuerdo que la manifestación del 14 de diciembre de 2014, cuando la Iglesia reaccionó masivamente ante la Obra de Dios, incluyendo el Cuerpo Ministerial. Para testimonio están los registros en los medios de comunicación y las personas ajenas que también atestiguaron dichas manifestaciones. Hoy por hoy, la Iglesia sigue creciendo y si esta obra no fuera de Dios, entonces como podría explicarse el crecimiento que Él está dando a la iglesia (bautismos, envío de batallones, promesas del Espíritu Santo, etcétera), que de no ser así ya Dios hubiese puesto los medios para manifestar que lo que pasa hoy en La Luz del Mundo no es de Él, pero es todo lo contrario: la Iglesia crece a pasos agigantados porque es promesa de Dios, y como decía el Apóstol Samuel Joaquín: “No se ha dicho aún la mitad”. Así se despidió de los hermanos agradeciendo y dando bendiciones a los presentes, en tanto, coros jubilosos que habían arribado al lugar aguardaban en la parte de afuera para saludarle con singular júbilo al salir de la Casa Pastoral. Fuente: Coordinación de Crónica Apostólica. Berea Staff, J.R.G. 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