HomeAgenda ApostólicaCrónica del segundo recorrido apostólico por las iglesias de Tlaquepaque, Tonalá y Guadalajara Agenda Apostólica Crónica del segundo recorrido apostólico por las iglesias de Tlaquepaque, Tonalá y Guadalajara (Coordinación de Crónica Apostólica) — El miércoles 3 de agosto, el Apóstol de Jesucristo, Naasón Joaquín García, inició su segundo día de recorrido por las iglesias de la Zona Metropolitana de Guadalajara. El reloj marcaba las 10:15 de la noche cuando emprendió su periplo. En este segundo día le acompañaron los ministros P.E. Samuel Gray y P.E. Silverio Coronado, así como los hermanos D.E. Saúl Rea, D.E. Marcelino Chamú, D.E. Alejandro Hernández y D.E. Hernán Licea. La primera iglesia visitada en esta jornada fue la de San Martín de las Flores, ubicada en un ejido perteneciente al municipio de San Pedro, Tlaquepaque (región significativa en las páginas de la historia de la Iglesia del Dios Vivo Columna y Apoyo de la Verdad. La Luz del Mundo, en la época de la Restauración). En el interior del templo, como en todas las iglesias visitadas, el Apóstol de Jesucristo se unió a las alabanzas, pidió por sus hijos que vienen en camino y elevó su plegaria de adoración al Creador. En este recinto sagrado presidió la consagración el hermano P.E. Silverio Coronado, ministro de Dallas, Texas. Al término de la consagración, el Siervo de Dios se despidió de los hermanos y dejó su bendición apostólica entre ellos. Posteriormente, se dirigió a la iglesia de la colonia Emiliano Zapata, cuyo templo se ubica en la calle Plan de Ayala n. 305, en el municipio de Tlaquepaque, Jalisco. El hermano P.E. Samuel Gray, ministro de la Iglesia en Getafe, España, fue el encargado de presidir la consagración especial. La Iglesia, unida al Apóstol del Señor, se fusionó como un solo hombre en una súplica común al Creador: la petición por los hermanos que de los cuatro continentes se dirigen a Guadalajara a participar en la Santa Cena. Al finalizar la consagración, el Siervo de Dios se despidió de los hermanos y les deseó parabienes espirituales y su bendición apostólica. Cabe destacar que como acontece en la Iglesia Universal, la presencia del Apóstol del Señor trajo alegría, fortaleza, consolación y bendiciones a sus hijos en la fe. La siguiente iglesia incluida en el itinerario apostólico fue la Casa de Oración ubicada en la calle Gabino Barrera n. 24, en la colonia Santa Paula, en Tonalá. El hermano D.E. Saúl Rea presidió la consagración especial. El Apóstol de Dios se alegró sobremanera al contemplar que sus hijos en la fe en todas las iglesias le acompañan levantando sus brazos —simbólicamente— en una oración continua, que inició el primero de agosto y que concluirá el día nueve de agosto a primeras horas de la mañana. Al término de la consagración, se despidió de la Iglesia y del ministro local, hermano Amado Zavalza. A las 12:06 de la mañana —del 4 de agosto—, el Apóstol de Jesucristo arribó a la Iglesia ubicada en la calle Paseo Loma Sur n. 8615, colonia Loma Dorada, en el municipio de Tonalá, una de las once subsedes de la Santa Convocación. A su ingreso a la Casa de Oración, los hermanos de esta localidad se regocijaron sobremanera. A esa hora el templo se encontraba a su máximo cupo. Las manifestaciones de fervorosidad se escuchaban a relativa distancia. La noticia más esperada era una realidad: el padre de la familia había llegado a visitarlos. En unos instantes la oración de los hermanos se transformó en un avivamiento. El hermano D.E. Marcelino Chamú pasó al frente a presidir la consagración especial. Invitó a la Iglesia a entonar el himno «Sigo a Cristo», que al unísono fue cantado por los hermanos, en espíritu y con entendimiento. En el transcurso de la consagración, como ha acontecido en las iglesias visitadas, el Apóstol de Jesucristo cantó himnos, pidió por sus hijos en esta oración continua y elevó su plegaria de adoración al Creador. A las 12:26 horas se retiró de la Casa de Oración dejando sus bendiciones a esta iglesia tonalteca. Le dijo al ministro local, hermano D.E. Gilberto Gutiérrez: «Loma Dorada será una de las subsedes, Dios me permita durante la fiesta venir a acompañarlos para seguirme alegrando con ustedes. Dios les bendiga». El siguiente destino de su periplo apostólico correspondió a una de las iglesias de reciente data, ubicada en la Ampliación Rio Nilo, entre los límites de Tonalá y Guadalajara. El reloj marcaba las 12:37 horas cuando el Apóstol de Jesucristo arribó a una modesta Casa de Oración que, sin embargo, como recinto sagrado acoge a los hijos de Dios quienes continúan orando por los que vienen en camino. A su llegada subió una escalera de material y permaneció en la parte de atrás. En menos de un minuto se el templo y su parte aledaña se fueron llenando. Felices por tener entre ellos al Apóstol Naasón Joaquín, los hermanos no cesaban de llorar ni de darle la gloria a Jesucristo por tan singular privilegio. El hermano D.E. Alejandro Hernández, quien presidió la consagración, invitó a entonar la alabanza «Divino compañero». El Apóstol del Señor, quien sostenía con su mano derecha el himnario, cantaba el himno mientras contemplaba la fervorosidad de la iglesia. Tanto los cánticos como las oraciones, cimbraban simbólicamente los muros del templo, que a pesar de su sencillez en él se manifiesta la multiforme gracia de Dios y sus bendiciones. Desde la Casa de Oración, que está asentada en una loma, se podían contemplar la iluminación de una sector del oriente de la ciudad. Al término de la consagración especial, el Siervo de Dios se despidió de los hermanos, quienes no podían dejar de llorar al experimentar que el Manto de la Elección tocaba en ese instante sus corazones. «Dios ha obrado a favor de usted y aquí está usted diciéndole al Señor: ‘Lo que me quede de vida que sea para tu servicio. Dios la siga bendiciendo’». El reloj marcaba las 12:51 horas cuando subió a su vehículo y reanudó su itinerario en dirección a otra iglesia. Al salir de esta colonia se condujo por la avenida Rio Nilo —calzada que atraviesa los municipios de Tonalá, Guadalajara y Tlaquepaque— en dirección a la quinta iglesia que esa madrugada habría de visitar. A la 1.01 de la mañana arribó a la iglesia de la colonia La Paz, ubicada en calle Rio Nilo 2545, en el municipio de Guadalajara —que una calle la divide del municipio de San Pedro, Tlaquepaque. «Seguro se halla el aprisco», se leía en una pancarta colocada en el exterior del templo, expresión memorable que resonó impetuosa el domingo 14 de diciembre de 2014, a las 2:43 de la madrugada, en el templo de Hermosa Provincia, en el instante glorioso de la manifestación de la Elección del Apóstol de Jesucristo Naasón Joaquín García. Al ingresar al templo, el Apóstol del Señor contempló a los hermanos congregados en una fiesta espiritual: unos entonaban cantos; otros, elevaban sus plegarias al Creador pidiendo con particular fervor por los que vienen en camino… El hermano D.E. Hernán Licea, quien presidió la consagración especial, dio la anhelada noticia: «Hermano de la colonia La Paz: siéntete dichoso. Esta mañana se encuentra entre nosotros el Apóstol de Jesucristo…». En ese instante la iglesia experimentó una bendición especial que, simbólicamente, cimbró la Casa de Oración: el padre de la familia se encontraba con sus hijos espirituales infundiéndolos ánimo, consuelo y fortaleza. Al término de la consagración ingresó a la casa pastoral, donde estuvo alrededor de veinte minutos en una plática con sus colaboradores. Al ministro local, hermano D.E. Humberto García, le encomendó la ampliación del templo, que está ubicado en una de las avenidas más importantes de la ciudad y que además atraviesa los municipios de Tonalá, Guadalajara y Tlaquepaque. Recordó que todo ministro, al lugar al que sea enviado, debe procurar extender las tiendas y alargar las estacas. Y agregó: «Cuando el encargado está enamorado de la Iglesia siempre está buscando la manera de embellecerla, tanto en lo espiritual como en lo material. Solo el negligente no trabaja el talento que se le entregó». Antes de despedirse envió unas palabras a la Iglesia: «Me alegro con los hermanos porque ellos, a través de sus consagraciones, levantan mis brazos en mi oración continua por el Pueblo de Dios que viene en camino. Así como son fieles en lo poco en lo mucho el Señor los engrandecerá. Dios les pague y les bendiga». El reloj marcaba la 1: 42 cuando el insigne visitante se despidió de la Iglesia. La niña Grecia Valerio, de cuatro años de edad, a la distancia le dijo: «Lo quiero mucho. Dios lo bendiga»; el Apóstol de Jesucristo correspondió aquel saludo: «Dios te bendiga, hija. Yo también los quiero». Con manifestaciones de algarabía espiritual y alzando sus brazos, los hermanos de la colonia La Paz se despidieron de su padre en la fe. La última iglesia visitada en este periplo fue la de la colonia San Andrés, uno de los barrios más tradicionales de Guadalajara. A la 1: 53 de la mañana, el Apóstol Naasón Joaquín ingresó a la Casa de Oración ubicada en la calle Manuel M. Ponce n. 107, donde encontró a los hermanos participando activamente en su consagración especial. El hermano D.E. Marcelino Chamú presidió la consagración. La alegría de saber que no era solo un pequeño grupo el que estaba elevando su plegaria al Creador por los que vienen en camino, sino que en esa madrugada los acompañaba personalmente el Apóstol de Jesucristo, produjo un alborozo inenarrable en cada uno de los hermanos. Al despedirse de ellos les dijo: «Dios les pague por acompañarme levantando mis brazos en esta oración continua. Me da gusto saludarlos, hermanos. Dios les bendiga». En ese momento indicó a los diáconos que permanecieran un momento más en la Iglesia de la colonia san Andrés para que acompañaran a los hermanos en su consagración continua. Fuente: Coordinación de Crónica Apostólica. Berea Staff, J.R.G. 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