HomeAgenda Apostólica«Somos testigos del cumplimiento de las promesas»: visita apostólica a la Iglesia de la Primavera Agenda Apostólica «Somos testigos del cumplimiento de las promesas»: visita apostólica a la Iglesia de la Primavera (Coordinación de Crónica Apostólica) — El lunes 4 de enero, el Apóstol de Jesucristo, Naasón Joaquín García, luego de su presentación en el «Centro de Convenciones Expo Tampico» —el día anterior—, visitó algunas iglesias del estado de Tamaulipas. Tocó a la Iglesia de Altamira ser la primera Casa de Oración visitada en este periplo. El reloj marcaba las 9:57 de la mañana cuando el Apóstol de Jesucristo, acompañado por su esposa, la hermana Alma Zamora, arribó al templo ubicado en la calle Francisco I. Madero n. 1617, en la colonia Primavera —cabe destacar que este templo fue consagrado a la gloria de Dios el domingo 27 de febrero. El hermano P.D. Daniel Valerio, con la representación apostólica, fue el ministro que dedicó el recinto sagrado—. Al llegar a la puerta del templo, un grupo de hermanos —hombres, mujeres y niños— le dieron la bienvenida. El interior de la Casa de Oración se encontraba pletórico en espera de recibir al Apóstol del Señor. El júbilo y la algarabía espiritual invadieron los corazones de los congregados —incluidas las visitas que asistieron—. No era para menos. La de esta mañana fue una visita histórica: la primera del Apóstol de Jesucristo Naasón Joaquín a este municipio conurbado de Tampico. El hermano Enc. Aminadab López, ministro de la colonia Primavera, recibió al insigne visitante, junto con sus invitados —su esposa, la hermana Alma Zamora, así como los hermanos P.E. José Moreno, P.E. Daniel Valerio, P.E. Abisaí Moreno, P.E. Joel Herrera, P.E. Miguel González, P.E. Adán Armenta, P.E. Jorge Vázquez y P.E. César Bastarrachea—. Iglesia de Tampico: bendecida por los Apóstoles de la Restauración Luego del saludo a sus hijos en la fe, el Mensajero del Evangelio eterno dirigió las siguientes palabras: «Para su hermano Naasón es muy hermoso ver la prosperidad de este hermoso estado. Escuchaba a mi padre referirse continuamente a Tamaulipas, con palabras de amor y de cariño. Él decía que Tampico era su ‘hermana gemela’, porque fue en el año 1937 cuando Dios quiso que iniciara la Obra del Señor en esta ciudad». Con inocultable alegría, el Apóstol del Señor recordó que durante la primera visita del Apóstol Aarón Joaquín a Tampico (marzo de 1937), su hijo menor, el Apóstol Samuel Joaquín, fue presentado a los cuarenta días de nacido: «El Apóstol del Señor fue presentado solo —aún no había Iglesia en Tamaulipas—… rodeado por Apostol Aarón Joaquín y los ministros que le acompañaban. Hoy llego a este lugar y contemplo cómo Dios ha multiplicado a la Iglesia de Tamaulipas. «Hoy vengo a Altamira y veo esta hermosa Casa de Oración; luego contemplo a los hermanos de Ciudad Madero y veo cómo Dios los ha bendecido, y digo: ‘Señor: ¡Qué grande bendición has traído a través de tus Apóstoles!’. Pisó estas tierras el Apóstol Aarón, y fue de grande bendición; pisó estas tierras el Apóstol Samuel, y fue de grande bendición’; hoy, también Dios me ha dado una promesa y me ha dicho: ‘Si ves este Pueblo grande, yo lo he de multiplicar aún más’. ¡Y yo creo en esa promesa!». Cada ministro debe comportarse a la altura de las promesas: con actitud de visión y trabajo Antes de invitar a los hermanos altamirenses a orar a Dios, el Apóstol de Jesucristo expresó: «En esta mañana, quiero doblar mis rodillas juntamente contigo y decirle al Señor que siga bendiciendo a Tamaulipas, que siga engrandeciendo su Obra en este hermoso estado… Que tiemble el averno y se llene de pavor, porque a la Iglesia de Cristo no hay quién le pueda hacer frente: iremos de triunfo en triunfo, creciendo de una forma hermosa… ¡No me imagino en pocos años lo que Dios te va a engrandecer! «Creíste en Aaron Joaquin y viste que Dios te prosperó; creíste en Samuel Joaquin y viste que Dios te prosperó; ahora, ¡has creído en tu Hermano Naasón! Entonces, yo le voy a decir al Señor: ‘Prospéralos y engrandécelos, conforme a tus promesas». Al término de su presentación, la iglesia anfitriona preparó mesa para el Apóstol de Jesucristo y sus invitados. Durante el desayuno, el Siervo de Dios aconsejó y dio instrucciones a sus colaboradores. En primer lugar, comentó que el tiempo de la abundancia ha llegado. En consecuencia, cada ministro debe comportarse a la altura de las promesas, con actitud de visión y trabajo. El Embajador del reino de los cielos citó un ejemplo: la presencia y el crecimiento de la Iglesia La Luz del Mundo en África —Continente primicia del Ministerio del Apóstol Naasón Joaquín—, donde en Gabón, Guinea Ecuatorial, Sao Tome y Príncipe, Mozambique y Sudáfrica hay hermanos nativos que han abrazado la doctrina apostólica, que es el Evangelio de Jesucristo. El cumplimiento de la promesas de prosperidad: realidad atestiguada en la época apostólica contemporánea En otro momento, comentó: «Mientras que el Pueblo de Israel no pudo escuchar la voz de Dios, para nosotros, Dios mora en nuestro cuerpo y se manifiesta en nosotros (v. 2 Corintios 6:16); a ellos les causó temor de muerte; en cambio, cuando el hermano recibe el Espíritu Santo, experimenta gozo, alegría, felicidad… «Han pasado cuatro años —de mi Ministerio— y la Iglesia sigue con el mismo gozo. Por eso en uno de mis salmos dije que amor igual a este yo no había conocido antes, porque ahora la Iglesia está trabajando. El Cuerpo Ministerial, los jóvenes, los niños… ¡Todos están trabajando, contentos.! ¡Todos están ocupados en la Obra del Señor! «Es muy bonito experimentar lo que Dios nos ha permitido vivir… La administración de cada Apóstol fue hermosa. Sin embargo, Dios bendice cada día a su Pueblo y lo lleva de triunfo en triunfo. Hoy, el tiempo que nos toca vivir es más hermoso. Y no es por que un Apóstol haya trabajado más que otro, o que haya sido un ministerio mejor que otro. ¡En esta época hemos visto cumplida la promesa de Dios de prosperidad, de ir de triunfo en triunfo y victoria en victoria! En Dios, cada tiempo es hermoso y lo recordamos con inmensa alegría. ¡Qué hermosos tiempos! Pero hoy, Dios nos concede mejores tiempos. «Me voy feliz de Tamaulipas y, como en cada presentación, me siento muy orgulloso del Pueblo del Señor. ¡Dios me ha dado un Pueblo hermoso y valiente… pero sobre todo, un Pueblo de fe! Así es que firmes y adelante, hermanos. Cuando regresen a sus lugares, me saludan a los hermanos. Díganles que los amo y los llevo en mi corazón». A las 11:56 de la mañana, el Apóstol Naasón Joaquín, en compañía de sus colaboradores, se despidió de los hermanos de la Primavera y reanudó su periplo al siguiente destino: la iglesia de la colonia Mata del Abra, en el municipio de Altamira. Fuente: Coordinación de Crónica Apostólica. Berea Staff, J.R. 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